Dentro de la isla pensamos en la vida, fuera de ella meditamos sobre la muerte.

Cuando falta hasta el agua para beber, el dia a dia se invierte en la busqueda de los mecanismos de sobrevivencia.

Lo que no se posee es la vitamina que nos dara felicidad. La realizacion final de los sueños y aspiraciones a los que un ser humano pueda aspirar.

Es tal el esfuerzo por lograr estos objetivos que ponemos a un lado la realidad de de que la salud fisica y espiritual es lo unico que realmente necesitamos, de que con mucho o menos de todas formas dejaremos de existir, que la muerte nos vendra a buscar como lo hara con todo lo que respira.

El deseo de poseer lo que no se tiene mantendra viva la fe y la esperanza en el mañana.

Si se da la oportunidad de escapar de la pobresa, no vacilamos ni un solo minuto en hacerlo dejando detras hasta la madre que nos pario.

Una vez en la tierra de las oportunidades, nos parece poco lo que quepa y pueda ser absorvido por los cinco sentidos. Devorando cuanta cosa se nos ponga por delante, tragando, tragando y tragando.

Asi comenzamos a quemar etapas de infelicidad, de escaceses, de lucha por la sobrevivencia a la que nos habiamos acostumbrado en la isla, a creer erroneamente de que lo material nos convertira en seres eternos.

Al paso de los años, una ves satisfechos los antojos, una grieta inesperada aparece en la pared perfecta de nuestra vida, trayendo al presente insatisfacciones, nuevas rutinas, miserias que seguian residentes dentro de nuestro ser.

Miramos nuetro entorno lleno de cosas materiales, de comodidades, excesos y hasta de agua caliente, como reflejo de la intemporalidad, de lo efimero, la perdida.

Quien despierta a esa realidad ganara la liberacion total. Para el que continue dormido un dolor agudo le consumira hasta los sueños por venir.

Cuando no poseemos deseamos tener mas y mas. Cuando nuestros estantes rebozan de riquezas, nos convertimos en esclavos de las posesiones olvidando de que la felicidad necesita de muy poco, que no somos dueños de nada mas que de nuestra propia vida, que el camino es muy corto y que al salir de este mundo lo haremos desnudos, solos y a traves de una puerta hecha a nuestra medida.

Mientras estemos vivos que nuestra aspiracion mas grande sea la de mantener el equilibrio entre lo material y lo espiritual. El Yin y el Yan.